Jueves 27 de enero de 2011
Taxco
Mi cansancio respecto de las ciudades coloniales se tomó un descanso en Taxco. Aproveché el viaje de casi 3 horas para avanzar con una traducción que quiero terminar antes de dejar el DF. La llegada, no obstante, me distrajo del trabajo, porque la entrada a la ciudad anticipa la belleza con que uno se va a encontrar.
Taxco es blanca y colonial, con calles angostas sin veredas, que suben y bajan desmesuradamente, por donde circulan personas y transporte público, también blanco (combis y bochos –VW escarabajo-). En realidad, el casco de la ciudad es pequeño, y toda se recorre en una hora. Pero vale la pena ir y volver mil veces por cada una de sus calles.
Estoy notando que en México hay un curioso concepto sobre “arte virreinal”. En el museo de Puebla, el Museo de Arte Virreinal tenía una muestra sobre Star Wars. El de Arte Virreinal de Taxco está dedicado en su totalidad a un estudio exhaustivo de la tortura en tiempos medievales. Rezan los carteles que el objetivo es invitar a la reflexión. El caso es que se presentan decenas de instrumentos de tortura (desde la clásica guillotina hasta el curioso oprimidor de pulgares, pasando por el hacha del verdugo, la cigüeña, la jaula colgante, etc.), con sus explicaciones detalladas. Antes de entrar, y sin saber de qué iba la muestra, me advirtieron que no se podían sacar fotos. La verdad es que no hubiera sacado, porque resultaba sumamente angustiante. Pero vale aclarar que, desde el punto de vista histórico y museológico, era excelente. Allí se explicaba que el hacha y la guillotina –métodos rápidos y que, por lo tanto, conllevaban menos sufrimiento- era reservados para las clases altas. Los pobres eran sometidos a torturas que comportaban agonías largas y tormentosas. Muchos de los aparatos eran diseñados especialmente para la tortura de mujeres adúlteras o acusadas de brujería. También pude saber que todas las escuelas de tortura coincidían –con raras excepciones- en no tener elementos que se ensañaran con los genitales masculinos, mientras que los femeninos eran blanco favorito. También se castigaba particularmente a los homosexuales pasivos, pero no a los activos. Machismo y perversión, podríamos titular la muestra.
Taxco es conocida como la capital de la plata de México, con una industria artesanal muy prolífica. Esto hace que muchas personas viajen a Taxco especialmente a comprar plata, y los talleres se disponen uno al lado del otro. En esos talleres fui a buscar mi tesoro personal, que encontré casi al final de la tarde, y que llevo en mi mochila, ansioso.
Ahora el ómnibus baja la montaña desde Taxco hasta el DF. Es de noche y a lo lejos se ven pueblitos iluminados. Haber pasado el día en Taxco, con sus calles de piedra y sus paredes blancas, con la búsqueda del tesoro y el aire fresco de la montaña, se me hace un cuento.
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