Miércoles 2 de febrero de 2011
Cañón del Sumidero y Saint Christopher of The Houses
Comparto el cuarto con dos vascas, Ana y Pilar, que no son las típicas mochileras. Ana tendrá unos cuarenta y pocos y Pilar unos cincuenta y tantos. Son enfermeras. Nos toca juntos la excursión al Cañón del Sumidero y hablamos durante todo el viaje de política e intercambiamos nuestras visiones sobre México. Son dos personas interesantes. Al volver de la excursión fuimos a almorzar juntos y luego yo me perdí por el mercado y las peatonales.
La lancha de excursión nos llevó a lo largo de 42km por el río Grijalva, que recorre el imponente Cañón del Sumidero, con paredes que llegan a medir 1mil metros en algunos trechos. El agua es verde, pero plagada de basura. Me resulta increíble que haya gente que ensucie impunemente una reliquia natural como esa. En las orillas: iguanas doradas, cocodrilos, monos araña, cormoranes y zopilotes.
A la vuelta, Ana y Pilar me dicen de ir a un restaurante de menú económico que habían visto cerca del hostel. Resultó ser una de las tantas casas hippies que hay por aquí, con menú vegetariano. Es que Saint Christopher of The Houses es un lugar donde se han dejado caer muchos trotamundos que ahora tienen bares. Es impresionante la cantidad de hippies de todo el mundo, y la cantidad de restaurantes veganos, institutos de yoga y más.
Siempre hay un primer día de sancochamiento solar cuando se viaja. Hoy fue el mío, por olvidar el filtro solar y viajar en la lancha durante dos horas expuesto al astro rey.
Chiapas es claramente tierra indígena: los indios están por todas partes, y sostienen su idioma de manera contundente.
A esta altura, uno ya se empieza cruzar con “conocidos”. Me crucé por la calle a todos los que hicieron grupo de guía conmigo en Teotihuacán hace diez días, destacando que se trata de gente que viaja sola. Ah, y en ese sentido…
La Pavada: entre los turistas de todo el globo que recorren las calles de Saint Christ está Dolores Barreiro con su esposo y sus hijos.
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