Viernes 25 de febrero de 2011
La Antigua
Bien preservada, encantadora, con decenas de bares y restaurantes “uno más lindo que el otro”, Antigua es mi actual base de operaciones.
Hoy le dediqué el día, hasta que la lluvia obligó a la reclusión en el hostel. Acá en Guatemala, en muchos lugares, los extranjeros pagan diez veces más la entrada que los nacionales. Hoy fui a varios museos pagando precio de chapín, tan sólo por tener credencial de estudiante. Lo más cómico es que no hay ninguna política al respecto. Tan sólo me mostraba sorprendido y ofuscado por no haber tarifa de estudiante, y enseguida me cobraban el precio nacional. Rebusques.
Cada lugar que se entra –museo, café, restaurante- esconde atrás de su recinto principal algún patio colonial magnífico. Interesante también es la recorrida por las ruinas conventuales y de Iglesias, destruidas por terremotos. La Catedral, por ejemplo, tiene su fachada reconstruida, pero atrás tan sólo hay ruinas. Luego de visitar tantos sitios arqueológicos mayas, con sus templos y palacios, hasta divierte la idea de recorrer ruinas de templos católicos, y me pregunto si se extenderá la moda.
He encontrado aquí también a los acosadores de turista más fáciles de expulsar. Resulta que Antigua es también una meca de la enseñanza de español para extranjeros, y basta decirles a los promotores de los institutos que soy argentino para que se retiren sin demora.
Hoy faltan exactamente 15 días para volver.
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