Miércoles 9 de febrero de 2011
Cenotes de Cuzamá
Los cenotes visitables de la localidad de Cuzamá son 3. Sus nombres son Chansinic´Che, Bolonchoojol y Chelentún. Son depósitos de agua dulce dentro de cavernas subterráneas. Para acceder, se debe bajar por escaleras de madera dispuestas en agujeros naturales en la tierra. Uno de ellos, el más lindo, es de bastante difícil entrada: se debe bajar por una escalera “marinera” casi 15 metros, adentrándose en un hoyo-túnel muy estrecho, donde apenas cabe una persona (yo llevaba mi mochila chica en la espalda y me quedaba trabado) hasta una plataforma de madera, desde la cual hay que saltar al agua. Un intento de describir el escenario sería este: una caverna subterránea de cuyo techo cuelgan gruesas lianas, con algunos agujeros naturales por los que entran rayos de luz condensados, que contiene una gran lago de agua absolutamente cristalina, que a raíz de la penumbra toma coloración turquesa, llena de pequeños peces, con el fondo de piedras completamente a la vista. El agua es templada, y en el más lindo tuve la suerte de estar yo solo, junto con un matrimonio defeño que me acompañó en la excursión. Con total seguridad, nunca vi un paisaje más hermoso en mi vida. Es irreal. Luego, viene el momento de zambullirse, para lo cual hay que lanzarse desde la plataforma, que está como a 4 metros de la superficie del agua. La primera sensación es de miedo, se trata de un lugar tan inverosímil que naturalmente hace despertar en uno algo del orden de un terror primordial e innato a lo desconocido. Luego, todo es placer y regocijo. La profundidad puede llegar a los 20mts, pero hay que nadar solo en la superficie por que debajo hay fuertes corrientes.
Lo bueno de haber nadado en tres cenotes, teniendo en cuenta que su agua es totalmente pura por ser napas freáticas cuya agua traspasa antes de acumularse varias capas de piedra caliza, es que no estoy sufriendo por no bañarme, ya que al hostel Zócalo se le ha cortado el agua.
Mi última noche en Mérida se presenta con un calor agradable. A la mañana hizo frío, pero luego vino el calor. (“Una mañana tequilera para una tarde chelera”, digo el guía hoy). “Chela” es cerveza.
(La mascota del hostel, un gato negro muy chistoso, la tiene conmigo. Se quiere meter en mi cuarto a toda costa. Ahora le pega con una planta a una gringa que intenta comer una ensalada).
Mañana día de traslado hacia la Riviera Maya, con escala en Chichen Itza.
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